HIMNO NACIONAL DE EL SALVADOR
La letra del Himno Nacional de El Salvador es la siguiente:
Coro:
Saludemos la patria orgullosos
De hijos suyos podernos llamar;
Y juremos la vida animosos,
Sin descanso a su bien consagrar.
Primera Estrofa
De la paz en la dicha suprema,
Siempre noble soñó El Salvador;
Fue obtenerla su eterno problema,
Conservarla es su gloria mayor.
Y con fe inquebrantable el camino
Del progreso se afana en seguir
Por llenar su grandioso destino,
Conquistarse un feliz porvenir.
Le protege una férrea barrera
Contra el choque de ruin deslealtad,
Desde el día que en su alta bandera
Con su sangre escribió: ¡LIBERTAD!
Segunda Estrofa
Libertad es su dogma, es su guía
Que mil veces logró defender;
Y otras tantas, de audaz tiranía
Rechazar el odioso poder.
Dolorosa y sangrienta es su historia,
Pero excelsa y brillante a la vez;
Manantial de legítima gloria,
Gran lección de espartana altivez.
No desmaya en su innata bravura,
En cada hombre hay un héroe inmortal
Que sabrá mantenerse a la altura
De su antiguo valor proverbial.
Tercera Estrofa
Todos son abnegados, y fieles
Al prestigio del bélico ardor
Con que siempre segaron laureles
De la patria salvando el honor.
Respetar los derechos extraños
Y apoyarse en la recta razón
Es para ella, sin torpes amaños
Su invariable, más firme ambición.
Y en seguir esta línea se aferra
Dedicando su esfuerzo tenaz,
En hacer cruda guerra a la guerra:
Su ventura se encuentra en la paz.
Escuchar Himno Nacional de El Salvador (Audio en MP3)
Historia del Himno Nacional de El Salvador
Juan José Cañas y Juan Aberle, éste último de nacionalidad italiana, fueron dos personas que combinaron sus conocimientos literarios y musicales para dar origen al Himno Nacional de El Salvador, el cual fue estrenado el 15 de septiembre de 1879.
Pero, fue hasta el año 1953, específicamente el 13 de noviembre, cuando la Asamblea Legislativa de El Salvador lo adoptó como oficial, aprobando su difusión y enseñanza en todas las escuelas del país, ratificándolo en el Decreto Legislativo No. 1231, del 13 de noviembre de 1953, publicado en el Diario Oficial No. 226, Tomo No. 161, del 11 de diciembre de 1953.
Un Himno previo
Sin embargo, anterior a esta composición, El Salvador contó con un himno nacional que fue compuesto por el doctor cubano Tomás M. Muñóz, quien respondió a la petición personal hecha por el entonces presidente salvadoreño Francisco Dueñas. Este himno fue oficializado en 1866 y estrenado el 24 de enero de 1867 en un evento en la Plaza Pública. Su decreto oficial fue proclamado en periódico estatal El Constitucional No. 31, Tomo No. 2, del 11 de octubre de 1866, aunque, en la actualidad, se conoce muy poco sobre su letra y música.
Pero, tras el derrocamiento de Dueñas en 1871 por Rafael Zaldívar, fue éste mismo presidente el que solicitó la creación de una nueva pieza musical que reemplazara a la utilizada hasta ese entonces. Es ahí donde Juan José Cañas y Juan Aberle aparecieron para componer la pieza que, hasta la actualidad, sigue conociéndose como el Himno Nacional de la República de El Salvador.
Oficialmente, el himno cuenta con un coro y tres estrofas. Sin embargo, desde hace muchos años, popularmente se entona únicamente el coro y la primera estrofa, regresando al coro para cerrar el acto protocolario en que se entonan las notas del himno nacional.
Controversia histórica
Al analizar detenidamente la historia del Himno Nacional surge la pregunta sobre el porqué esperar tanto (de 1879 a 1953) para oficializarlo. Sin embargo, el recuento histórico demuestra que el país vivió una confusión total con respecto a su Himno Nacional, el cual, desde su origen, se conoció como “Canto Nacional” y careció de fundamento legal para su oficialización.
La composición de Juan José Cañas y Juan Aberle fue presentada oficialmente el 15 de Septiembre de 1879 en un acto célebre al cual acudieron todos los funcionarios de esa época. Las notas fueron entonados por un grupo de estudiantes de colegios oficiales y particulares de San Salvador y lo ejecutaron con tanta maestría que rápidamente se conectó al corazón del pueblo salvadoreño con solo escucharlo la primera vez.
Sin embargo, como ironías del destino, el presidente en funciones durante ese período, el Doctor Rafael Zaldívar, olvidó firmar el decreto que oficializaría el himno, por lo que, legalmente, El Salvador no tenía un himno establecido y la composición de Cañas y Aberle quedó nada más como un “Himno Popular” que contaba con la aceptación de todos pero no con el respaldo legal para declararlo oficial de la República de El Salvador.
El himno de Cañas y Aberle se popularizó de tal manera que todos lo identificaban como el canto oficial de El Salvador. Sin embargo, fue hasta la llegada al poder del Presidente Carlos Ezeta cuando esta bella pieza musical pudo sufrir su desaparición completa. El Presidente Ezeta, creyendo que el populismo se equivocaba, decidió encomendarle al músico Césare Giorgi-Vélez, la composición de un Himno Guerrero, que exaltara el ánimo popular. Es así como el canto llamado “El Salvador, Libre” fue oficializado el 8 de Junio de 1891 como Himno Oficial, hasta que el derrocamiento de Ezeta terminara por ubicarlo en el olvido.
El Himno de Cañas y Aberle seguía siendo considerado por todos como el himno oficial, hasta que, en 1953, la prensa salvadoreña comenzó a cuestionar la legalidad de los himnos anteriores yla no legalidad de la composición popularmente considerada como himno. Es así como, ante el revuelo que causó dichas dudas, la Academia Salvadoreña de la Historia solicitó a la Asamblea Legislativa someter a un concurso para analizar el himno de Cañas y Aberle como posible canto oficial, logrando que el 13 de Noviembre de ese mismo año se reconociera esa pieza como Himno Oficial de la República de El Salvador, dejando de lado los cantos anteriores.
Tambien existe un Himno de El Salvador en idioma Nahuatl